Las persecuciones a la hora del baño, las regañinas cuando no se lavan los dientes, los ‘truquitos’ para convencerles de que se laven las manos… Si eres madre o padre, y estás leyendo esto, seguro que estas situaciones te resultan familiares, ¿verdad? Todos sabemos que para los niños —especialmente cuando son muy pequeños— el ser conscientes de la importancia de la higiene personal es un proceso que lleva tiempo y requiere de altas dosis de paciencia, constancia y bastante ‘mano izquierda’… no obstante, si algo nos ha enseñado este 2020, es que eso de que “la higiene es salud” es mucho más que una simple expresión.
La importancia de la higiene infantil
Con la aparición del coronavirus y la pandemia mundial, nuestros hijos -como todos- han tenido que incorporar a marchas forzadas nuevos hábitos de higiene infantil en su día a día. Sin embargo, más allá del uso de la mascarilla y del gel hidroalcohólico, esta nueva situación puede ayudarles a comprender -ahora más que nunca- que mantener una correcta higiene personal es fundamental para…
– Su salud: pues mantiene a raya a virus y bacterias, y reduce el riesgo de contagio de enfermedades transmisibles.
– Su autoestima: ya que favorece la autoconfianza, autonomía y disciplina, y les ayuda a sentirse mejor consigo mismos.
– Sus relaciones con su entorno.
Según los expertos, desde los 3-4 años, los niños ya deben empezar a trabajar la higiene e incorporar en su día a día las rutinas de aseo básicas que, pasado el proceso de aprendizaje, se convertirán en una costumbre para toda la vida. Para ello, es fundamental que como padres, acompañemos a nuestros hijos durante todo este proceso en casa, explicándoles la importancia de cada acción, tratando de convertirlo en algo divertido (juegos, canciones, competiciones… ¡Todo vale!) y creando la lista de hábitos de aseo que deberán cumplir cada día. A continuación enumeramos los 5 más importantes.
Hábitos de higiene personal fundamentales para los niños
Lavarse las manos
Todos, durante los últimos meses, hemos descubierto hasta qué punto las manos son vehículo de transmisión de enfermedades; por eso, es el primer hábito que deben aprender nuestros pequeños. Deben saber qué lavarse bien las manos con agua y jabón durante 30 segundos (¡sin olvidarse de usar un cepillo de cerdas suaves para las uñas!) es fundamental antes de comer, después de tocar animales, ir al baño o estar en la calle, y -claro está- cada vez que estén sucias.
El baño diario
El baño diario (o la ducha, cuando ya son más mayores) no solo elimina las toxinas y la suciedad de la piel, sino que contribuye al relax y la sensación de bienestar de nuestros pequeños. Por eso, es fundamental que esa rutina que cumplimos desde que son bebés la mantengan conforme vayan creciendo, explicándoles bien cómo deben lavar cada parte del cuerpo para que vayan adquiriendo autonomía
Cepillarse los dientes
El hábito del cepillado dental es fundamental para prevenir la aparición de caries, mal aliento y otras enfermedades. Según los expertos, desde los 3 años ya se debe ir enseñando a nuestros pequeños al uso del cepillo de dientes después de cada comida, incidiendo bien en cómo debe ser el cepillado: desde la encía hasta el diente, con movimientos circulares, sin ejercer demasiada presión, recorriendo todos los dientes y muelas y, por supuesto, ¡sin olvidar la lengua!
Cuidarse el pelo
En el pelo, al igual que en el resto de la piel, se acumula mucha suciedad, por lo que su cuidado también es un hábito de higiene infantil fundamental. Nuestros hijos no solo deben aprender la importancia de lavarlo con frecuencia, sino también la de cepillarlo a diario para estimular la salud capilar y llevarlo siempre peinado.
Uñas y oídos ¡también!
No debemos olvidarnos de incluir estos dos aspectos en la higiene diaria de nuestros pequeños. Además de llevarlas siempre limpias, los niños deben aprender a llevar las uñas cortas (si son pequeños tendrás que hacerlo tú, pero conforme vayan creciendo, podrán ir aprendiendo a cortarlas por sí solos). Y en cuanto a las orejas, intenta evitar el uso de bastoncillos: lo mejor es enseñar a tus hijos a limpiarlas suavemente con la toalla -o una toallita húmeda- tras el baño.