“Debajo de un botón”, “Pinocho fue a pescar”, “Estaba el señor don gato”… ¿Te suena? Puede que las canciones que enseñamos hoy en día a nuestros hijos sean algo diferentes de las que aprendimos nosotros, pero hay algo que es innegable y no ha cambiado en todos estos años: el papel fundamental que tiene la música en el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños de la casa. Desde que son prácticamente bebés, todos los padres nos afanamos en buscar formas para que nuestros hijos desarrollen sus capacidades, aprendan y, a la vez, se diviertan. ¡Y en esto la música no tiene rival!
Beneficios de los juegos musicales para niños
Está demostrado que, hasta edades bastante avanzadas, el uso de juegos musicales para niños tiene extraordinarios efectos en ellos gracias a los beneficios que aportan la música y el baile:
- Contribuyen al desarrollo de la motricidad
- Ayudan a mejorar la expresión corporal y verbal
- Fomentan la sociabilidad
- Estimulan la creatividad y la imaginación
- Aumentan la capacidad de concentración
- Ayudan a identificar y canalizar las emociones
… ¡Y son una fuente de diversión!
Por eso, hemos recopilado algunas ideas de juegos infantiles con música, para que tus hijos puedan probarlos con sus amigos y pasárselo en grande.
Ideas de juegos con música
Las estatuas musicales
Un juego muy sencillo y divertido. Haz que los niños bailen al ritmo de la música y, cuando esta pare, todos tendrán que quedarse quietos como estatuas. ¡El reto es aguantar quietos mientras otros intentan que se rían o les hacen cosquillas!
Las sillas musicales
Un clásico de los juegos musicales para niños, para el que habrá que colocar varias sillas en círculo (un número inferior al número de niños que haya). Mientras suene la música, todos irán dando vueltas y bailando alrededor… ¡Pero atentos! En cuanto se pare la música, ¡tendrán que ir corriendo a sentarse para evitar quedarse sin silla!
El director de orquesta
Un niño se separa del grupo hasta que no oiga nada. El resto forma un círculo y elige a uno de ellos, el director de orquesta, que empezará a hacer música con su cuerpo (palmadas, silbidos, tarareos… ¡El límite es la imaginación!) mientras los otros le imitan. El reto del niño que se ha quedado fuera será adivinar quién es el director de orquesta.
Memoria de sonidos
De nuevo hay que ponerse en círculo, pero esta vez le pedimos a un niño que genere un sonido. El siguiente tiene que repetir el sonido anterior y añadir uno nuevo… y así sucesivamente. La dificultad del juego va subiendo ¡porque cada vez habrá más sonidos que memorizar!
Limbo
Otro clásico ¡pero muy divertido! Colocamos el palo de una escoba en posición horizontal y los niños tienen que ir pasándolo por debajo al ritmo de la música. El juego se va haciendo más difícil conforme el palo de la escoba se va bajando.
Con estas 5 ideas ya estáis listos para empezar la diversión y el baile. ¡Que suene la música!